Los restos humanos más antiguos del mundo han sido descubiertos en Sudáfrica. Algunos paleoantropólogos sugieren que el ser humano se originó en África meridional hace unos 115.000 años. Se estima que los bosquimanos o San han residido en las regiones costeras occidentales con anterioridad al primer milenio antes de Cristo. Estos grupos vivían en comunidades pequeñas, de 20 a 80 individuos, deteniéndose en su nomadeo cuando encontraban suficiente comida y agua en la zona. Entonces, establecían derechos temporales sobre la región y cuando agotaban sus recursos, bien por el cambio de la temporada climática o bien porque los agotaban, levantaban el campamento y continuaban buscando comida en otra parte.
Pequeños en estatura pero físicamente muy fuertes y resistentes, estos cazadores recolectores vivían así una existencia nómada, sin establecerse demasiado tiempo en ningún sitio. Construían sus refugios a partir de plantas o bien se asentaban en cuevas. Vestían pieles de animales y su dieta comprendía raíces, plantas, insectos, pescado y caza. Ésta última se llevaba a cabo usando lanzas y flechas envenenadas. La propia naturaleza de su existencia implicaba que los San se enfrentaban a periodos difíciles de hambre y sequía intercalados con otros de abundancia. Una vida difícil en la que los lazos parentales eran débiles y los niños aprendían a valerse por sí mismos desde pequeños. Los viejos y enfermos eran abandonados si no podían mantener el ritmo de marcha del grupo. La comida y provisiones eran de propiedad comunal y el número de individuos se adaptaba a las disponibilidades de recursos en cada momento.La cultura San estaba basada hasta cierto punto en la mitología que había ido transmitiéndose de generación a generación y que se conservaba de manera oral y en las pinturas de las cavernas. Las más viejas de estas representaciones pictóricas han sido datadas en una antigüedad de 70.000 años. Los pigmentos se fabricaban con polvo mineral fijado con grasa. Son pinturas simples y directas, mucho más antiguas que las que se han encontrado en Europa. No cumplían solamente una función decorativa sino que tenían una significación espiritual como puertas de entrada al mundo de los espíritus.